La pluma anecdótica y festiva de Benjamín Calderón y Calle, retrató de muy cerca la jarana Chola de Arpa y de “causa bien juniada”, y supo captar como “paisano” de Eten, su fabla y sus costumbres de principio de siglo... y nos cuenta:
Después de la “octava” del Amito Cautivo de Monsefú, se remataba en la Villa de Eten, a golpe de chicha, “mellicera” y de arpa, con jalón de “chinas” a todo vale, y con marineras a “píes desnudos”... Pero a veces por exceso de amistades),, los dueños de casa se olvidaban de atender al “mestre” y ‘Tamboriste”, estos ni cortos m perezosos la voz la alzaba fuerte, y el tamboreador parecía:
¡Romper el arpa!
“MARINERE MIAN PEDIDE
TODES LOS QUESTAN BAIILANDE,
MAR1NERE ESTOY CANTANDE
PERO HASTORE NUE COMIDE”.
Después de la “octava” del Amito Cautivo de Monsefú, se remataba en la Villa de Eten, a golpe de chicha, “mellicera” y de arpa, con jalón de “chinas” a todo vale, y con marineras a “píes desnudos”... Pero a veces por exceso de amistades),, los dueños de casa se olvidaban de atender al “mestre” y ‘Tamboriste”, estos ni cortos m perezosos la voz la alzaba fuerte, y el tamboreador parecía:
¡Romper el arpa!
“MARINERE MIAN PEDIDE
TODES LOS QUESTAN BAIILANDE,
MAR1NERE ESTOY CANTANDE
PERO HASTORE NUE COMIDE”.
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