domingo, 15 de febrero de 2009

CUENTO ETENANO - POR LUIS RODRÍGUEZ ESQUECHE

EL RÍO TRAE LEÑA
Autor: Luis Rodríguez Ésqueche

-Ya anda cortando tu parte con el machete clamó una voz chola, entre el rumor del río y los besos del aire. La tarde estaba en su medio. El pueblo sentía, a la par que los rayos del sol, el temor por la abundancia de agua que arrastraba el río. Los ciento cincuenta metros cúbicos más, sobre los doscientos que corrían, hacían suponer que sus riberas no resistirían, y que la distancia de quinientos metros a la ciudad sería vencida. Noches tranquilas pasaban. La experiencia que tienen de haber sentido en su cuerpo el frío de un desborde, en años atrás, hacía presentir el peligro. Los comentarios corrían por las calles sobre los charcos dejados por las lluvias del miércoles. “Si no se sale tiene que llevarse por lo menos una vida” decían. Así transcurrían las noches sobre los días sin embargo, esta tarde de rayos débiles de sol el poblador cholo y de robusto cuerpo, con sus manos callosas, por la hoz y la palana, por la soga y la carga en el muelle; y con su color de peruano glorioso en la cara, vestía de valor para enfrentarse a la muerte. El río "Reque", color tierra y agitado, corría con locura al mar. En sus pequeñas jorobas cargaba espesos troncos y obscuros palos, pajas, leña, cercos, amenaza y peligro. Su correr parecía llevar una risa socarrona, estrujando y ro­bando las plantaciones y arenas que asomaban para verlo pasar. Es época de creciente. Tarde de agonizante verano. ¿Qué hacían a su orilla, el Chilo, Caballito, el Damasio y otros con soga, en mano?, ¿Eran curiosos como nosotros que sólo contemplaban el paso del día? ,ellos pensaban en el regalo que les traía el viajero, que no sabe que se perderá en el mar. Necesitaban hacer leña de la carga del río, de los largos palos. Parar recogerlos tendrían, que lanzar su cuerpo como pez escapado de la red, adelantando un brazo que señala. el destino desconocido en el hombre.Sin vacilar, al fin, se arrojó el Chilo río adentro, a una lucha con la muerte. Adelantó un brazo que luego lo dejó atrás para adelantar el otro. Su cuerpo parecía imitar a una serpiente que corre, que avanza presurosa; sus pies desesperados lo impulsaban, confundiendo su cuerpo con las aguas. Nadando, nadando con valor, llegó no sin dificultad, hasta un hermoso tronco que al pasar parecía decirnos; adiós, o decirnos; auxilio... El cholo abrazó como una fiera a su presa. Con desesperación.-Ya lo agarró, alista la soga -.Eran las vo­ces que sus acompañantes lanzaban con las miradas vacilantes; porque no sabían si mirar al triunfo del valor o al de la muerte. Así el Chilo y el Damasio sacaron dos, tres poderosos troncos con la ayuda de la soga que desde la orilla les tiraban .-Allá viene otro.-Ya se aventó uno, también Damasio-Otro, viene más atrás, otro.-Malaya el Japón, ya estuviera adentro. Ese nada bien.El Japón de regular talla, acostumbra bajar el paso a las aguas, para hacer su leña… El vendrá más tarde. Es conocido por su valentía frente a las aguas, que, pasan coléricas. Estará tal vez en el Puerto satisfecho de producir una gota de sudor.Damasio y el Chilo en un nuevo encuentro, con la carcajada del río, persiguen su leña.-¡Avanza con la soga! -gritan-Abrazado con el palo el Chilo pretende salir. Sus músculos se esfuerzan ••• Su cuerpo parece hundirse.-Ya se pasó. Exclamó una voz. Mientras; el luchador, con su desesperaci6n decía:-A ••. vient ••• avienta la soga.Pocos metros atrás arrastra el río con rapidez a Damasio con su leña y los dos combaten con la corriente de las aguas turbias.Las sogas no alcanzaron a ellos.El río se rebela y parece vencer. Damasio y el Chilo son hombres y persisten en sacar su presa, pero van perdiendo la batalla y sus aguas llevan su leña. Los troncos parecen decir: Sálvenme. Sin que nadie lo pueda hacer. La lucha se extingue, como se extingue la vida. El cielo parece obscurecer, las miradas fijas parecen dudar si triunfa la vida o triunfa la muerte, pero no queda otra cosa, Damasio procura seguir su cuerpo y tomar la corteza como lancha salvavidas y se lanza a las aguas, como cuando se iniciaba la lucha, los dos fueron débiles para la fuerza de del río y no pudieron sacar la leña que les quedaba; estiraron un brazo y luego, el otro y salieron a la orilla, desde donde contemplaban que aquellas aguas sucias arrastraban sus fuerzas maquilladas en dos troncos, largos y gruesos. Pero el va­lor no se pierde algún día volverá a su lucha.Hoy vuelven a su casa con material para co­cer una vianda que comerán más tarde, “El Chilo”, el “Damasio” y "El Caballito".-Ya anda cortando tu parte con el machete, es la expresión que oye; mientras, avanza el río, destruyendo chozas, destruyendo cercos, revolucionando, desafiante. Pero ya terminaré después de lle­varse alguna vida; para volver con aguas transpa­rentes, útiles pacíficas. Para todos.

DR. LUIS MIGUEL RODRÍGUEZ ESQUECHE

Luis Rodríguez Esqueche, Hijo de Don Eleodoro Rodríguez y de la Sra. Eva Esqueche, nacido en Ciudad Eten
Estudios primarios en la Esuela Primaria de Varones Nº 228 “Comandante Pedro Ruiz Gallo” de Ciudad Eten
Secundarios en el Colegio Nacional de “San José”
Superiores en la Universidad Nacional de Trujillo, Derecho y Educación
Se ha desempeñado como: Profesor del Colegio Nacional de San José de Chiclayo
Primer director del colegio Nacional Mixto “Manuel Casimiro Bonilla” 1966-1969
Defensor de Oficio hasta Presidente de la Corte
Ha publicado obras Jurídicas y Literarias
Obras jurídicas: * Título preliminar del Código Civil - Chiclayo* Consideraciones sobre la prueba civil - Apurímac* La negación de la justicia y el derecho - Apurímac* Manual para jueces de paz* Manual para la libertad del procesado* El procedimiento judicial - Chiclayo
Obras Pedagógicas: * Verbos* Manual de ortografía
Obras de Creación: Las cartas encontradas (Poemas líricos, prosas y dos cuentos : "La vuelta del yuntero"· "El río trae leña")

Recopilado: Lic. Julio Ramón Orrego Serrán

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