Adolfo Chafloque siempre inspirado por el cariño telúrico a su tierra natal, se preocupó sobremanera, por el ornato y conservación del Camposanto etenano.
Como testimonio de fe, con su propio peculio mandó a construir DOS JARDINES, uno a la izquierda y otro a la derecha del frontis de dicho recinto, los mismos que fueron cultivados con hermosas flores y plantas ornamentales.
Para el mentenimiento de los jardines solventó los servicios de un jardinero. Además para completar su anhelo, impulsó la construcción de la ALAMEDA con bancas de concreto a los costados, cuya extensión comienza desde el Club Municipal hasta la entrada exterior del cementerio. Contó con el apoyo del Club Municipal en mano de obra por los asociados.
Ambas obras fueron inauguradas en noviembre de 1977.
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